SANTIAGO DE CHILE.- «Lo difícil no es caer sino levantarse». Con esa frase el dominicano Audrys Nin Reyes puso punto final al retiro, idea que hasta hace pocos meses pensó en hacer realidad, pero de la que desistió tras coronarse en Santiago campeón panamericano de salto por segunda vez consecutiva y ganar un cupo a los Olímpicos de París.
En salto, con el que revalidó el título obtenido en Lima 2019, superó al brasileño Arthur Nory Moreno a quien igualó en 14,466 puntos en la calificación, una decisión en la que pesó el segundo intento del dominicano considerado superior por el jurado. Y lo fue.
Ya el pase a los olímpicos lo consiguió el lunes al alcanzar un quinto lugar en el individual completo tras ser el único de los competidores, hasta ese puesto, sin el anhelado cupo, lo que lo convierte además en el primer gimnasta hombre en llegar a esas justas en las que República Dominicana solo había sido representada por Yamilet Peña en 2012.
Un buen año
Estos triunfos del gimnasta de 28 años se sumaron al tricolor de metales que se colgó en los Centroamericanos, victorias por las que se despidió de la idea de renunciar y con la que venía insistiendo por molestias en el tobillo derecho tras una cirugía.
Lidiar con un dolor constante y aprender a competir con él ha sido el mayor reto y cuando eso se juntó con otras cosas fue cuando el gimnasta pensó en decir adiós.
«Es ahí cuando uno piensa en un ‘stop'», recalcó a EFE, aclarando que buena parte del cambio se la debe a Dios, pues le dio «la virtud de hacer las cosas bien y la sabiduría para mantenerse» y dar lo mejor de sí en las continentales.
Del béisbol a la gimnasia
Nin Reyes creció en Jarro Sucio, un empobrecido sector en la zona urbana de Barahona donde el béisbol fue su primera ilusión.
Quería ser un jugador de las grandes ligas como Sammy Sosa o Albert Pujols, un sueño que compartía con otros niños de la vecindad y un reflejo del deseo de unos padres que veían en ese camino un futuro que sus hijos allí no tenían.
Después le dio por el baloncesto y fue allí donde comenzó a hacer algunas piruetas con sus amigos. Sandy, quien fuera su primer entrenador, le puso el ojo cuando vio el potencial.
Hoy en día le agradece a su primer maestro la insistencia de entonces y también la perseverancia de su entrenador actual, Ramón Amaury Holguín… y el apoyo de su público.
«Esta medalla es para mi país, para todos ellos, para todos los dominicanos», señaló Audrys.