El doctor José Miguel Gómez, psiquiatra, escritor, columnista, ensayista, educador e investigador, ha escrito varias obras literarias, pero dos han llamado la atención de quien suscribe el presente artículo: “Trujillo visto por un psiquiatra”, el cual lleva tres (3) ediciones, siendo la primera en 2003, siendo la última, el pasado año 2022; y, “Balaguer visto por un psiquiatra, sus tres vidas”, publicado este año 2023.
De una forma llana, pero, a la vez, técnica, el doctor Gómez expone según su experiencia y profesión, un análisis objetivo, sin emociones ni pasiones, pero si con empeño, largas horas de lectura, de viajes, de contactos con allegados, amigos y hasta amantes del dictador Trujillo. Cita que este tenía diferentes rasgos que durante su vida incidieron en su personalidad: narcisistas, histriónicos, obsesivos y paranoides.
En cuanto a Joaquín Balaguer, niega que este haya sido narcisista, pero si lo define como egocentrista, personalista, honesto, trabajador, perseverante, disciplinado y con una fortaleza emocional y unas habilidades y destrezas que le llevaban a ser resiliente como ser humano y como político, puesto que supo esperar que el fruto maduro cayera durante 31 años, es decir, que llegara su momento luego de la muerte del sátrapa.
Ahora bien, ¿qué relación guardan ambos perfiles? Según resalta el doctor Gómez, Balaguer consideró a Trujillo “su padre espiritual”, le fue leal, le renunció en varias ocasiones, pero Trujillo le buscó la vuelta, precisamente, porque al final, lo consideró como un hombre honesto, tranquilo, nunca lo vio como amenaza, contrario a Jhonny Abbes García, quien nunca hizo empatía con Balaguer y nunca se lo ocultó al “jefe”.
Asimismo, ambos estudios psicológicos, fenomenológicos, psicodinámicos y psiquiátricos de dichas personalidades y vidas políticas de Trujillo y Balaguer, responden a un compromiso contraído por el experto con el profesor Juan Bosch en 1995 en la Universidad Católica Santo Domingo, quien le “enrostró que los psiquiatras no aportaban al estudio de la personalidad de la conducta y de las problemáticas psicosociales”, provocando que el doctor José Miguel Gómez, le contestara: “profesor, cuente usted con eso”.
Por su parte, Trujillo recibió influencias directas de sus abuelas, fue hijo de un padre irresponsable, culpable de muchas diabluras, y de una madre sumisa que no tenía voz ni voto en su vida; mientras que, Balaguer, se crió con sus padres, aunque fue más allegado a su madre que a su padre, quien en principio quiso que siguiera sus pasos de comerciante, pero no fue así. Concuerdo con la afirmación del doctor Gómez respecto a que Trujillo y Balaguer se complementaban, precisamente, por sus distintas personalidades y comportamientos.
En fin, leer estos textos activa la imaginación y nos hace conocer las interioridades de dos de los personajes más importantes e influyentes en la cultura y comportamiento sociopolítico dominicano, aún en la tercera década del siglo XXI. Ambos deben ser juzgados con pinzas, tal cual investigó José Miguel Gómez. Se le atribuye a Mao Tse Tung decir que: “Quien no investiga no tiene derecho a la palabra.”
