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jueves, 16 de noviembre de 2023

En Jimaní viven cierre frontera desde pandemia y violencia en Haití

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Santo Domingo.-Con sonrisa irónica y según confiesa después, hasta con celos, el alcalde de Jimaní escucha las bondades que para con su par de Dajabón ha tenido el Gobierno central.

Cuando llega su turno de hablar, no teme abrirse y confesar que los jimaníes no han sido asistidos de la misma manera.

Dionisys Méndez, quien asumió en 2020 el Gobierno municipal de esta ciudad fronteriza, asegura que los productores locales, así como los comerciantes, no han sido considerados para las ayudas sociales que por la crisis suscitada con el vecino país, ha dispuesto el Poder Ejecutivo.

Hace énfasis en que lo que resulta novedoso para los habitantes de Dajabón tras los haitianos reiniciar la construcción de un canal de riego en el río Masacre, es cosa acostumbrada para su gente desde el inicio de la pandemia, el Magnicidio y la posterior instalación de bandas haitianas en las carreteras que comunican Jimaní con Puerto Príncipe, las cuales han obstaculizado el tránsito comercial.

El empobrecido municipio, de poco más de 13,000 habitantes, vivió en el pasado momentos cercanos a la gloria, favorecidos por su ubicación geográfica, que es más próxima a la capital haitiana.

Pero todo eso desapareció luego de la descentralización de la violencia en Haití, empujando el comercio a la vecina provincia de Elías Piña.

“A diferencia de Dajabón, nosotros no sabemos lo que es cobrar un arbitrio, porque no están dadas las condiciones para eso. Hemos convivido con una frontera cerrada desde el 2020 y ya nuestros munícipes están acostumbrados”, dice Méndez.