De todo informan a una fuente confiable de todas partes y una de esas fuentes acaba de informarnos que según sus encuestas, que abarcan todo el país, Leonel Fernández le lleva la delantera a Luis Abinader, ya que las encuestas del PRM no son exactas.
Por esa misma fuente nos enteramos de que la CIA instaló una oficina dentro del DNI a la cual no tiene acceso ni el director de ese organismo, y que tenga sus oficinas en su embajada es algo de esperar, pero que opere dentro del DNI es un asombro, algo que los mal llamados nacionalistas parecen ignorar, cuando centran las amenazas a nuestra nacionalidad en los haitianos, esa “horda” de negros sin educación, que amenaza devolvernos a la prehistoria de nuestro hoy grandioso desarrollo.
Les confieso que esa información me provocó un ataque de risa, mecanismo de defensa de los y las que no queremos deprimirnos con tanta estupidez generalizada.
Ya me dijo un amigo que optar por ser una neocolonia norteamericana es una opción válida, y sin riesgos, y le di la razón. Cada quien tiene derecho a optar por sus “nuevayores chiquitos”, lo que es inaceptable es que esa opción se acompañe con los falsos discursos de la mala dominicanidad.
Volviendo a Leonel: Si es cierto que será nuestro próximo presidente y que “no tiene un chele porque nunca le ha interesado el dinero”, aunque la revista Forbes dijo que posee cien millones de dólares y es el político caribeño más rico, habría que lograr que enmiende errores graves, como fue la destrucción de la industria azucarera y la repartición de las tierras del CEA; el contrato con la Barrick Gold; la desnacionalización de medio millón de dominico-haitianos, que no conocen Haití ni hablan creole, y son tan dominicanos como los dominico-americanos, que Leonel representa; la aprobación de las Tres Causales; y una tasa de participación femenina en el gobierno en paridad con la tasa masculina.
Ni hablar de la creación de un Ministerio de Devolución de lo Robado al Estado, como lo ha hecho México, mecanismo que le ha ganado a Obrador una reputación mundial como el mejor político latinoamericano.
Lula está demasiado ocupado reparando lo que hizo Bolsonaro, una aplanadora de ignorancia y prepotencia, que quiso dar al traste con todo lo bueno que existe en Brasil, para competir con Obrador, o Mujica, por ese galardón.
Si a eso se anima Leonel, un deslumbrado por el neoliberalismo que cometió graves errores (pero, errores cometen todos una vez asumen el poder), entonces podríamos comenzar a ponderar sus propuestas, porque no solo de estómagos está hecha la política, aunque aquí en Dominicana ahí se centre el discurso.