BANI: Margarita Reina González Lachapel, una madre de 78 años que junto a su hijo diagnosticado con esquizofrenia hace varios años, vive en una casa prestada en el barrio Villa Majega.
Esta madre aún mantiene la esperanza de recibir alguna ayuda para costear los medicamentos de su hijo y tener una vivienda digna para ambos vivir en tranquilidad.
Entre lágrimas, esta preocupada mujer explicó que su hijo “no tiene nada de mente” y ella está obligada a ayudarlo en todo lo que sea necesario.
Como consecuencia, esto le impide hacer cualquier tipo de actividad, además de que debe estar al tanto de él para que se tome sus medicamentos.
De presentarse cualquier inconveniente que le impida suministrarle sus medicinas, presenta signos de violencia y se va a la calle.
“Si se va a la calle me lo van a matar”, advirtió González. De noche tiene que cerrar la habitación con llave, para que no se escape, y para que pueda dormir le duplica la dosis de los medicamentos.
“Pero cuando toma demasiados medicamentos, a veces no duerme y otras veces duerme demasiado”, dijo. Con la ayuda de familiares se costea algunos medicamentos, que le cuestan hasta 8,000 pesos mensuales.
Dijo estar cansada de ir a la Seguridad Social, al Defensor del Pueblo y a la alcaldía de Baní.
Cuando la reciben le dicen que califica para la colaboración, pero a la fecha no ha tenido respuesta. Ahora, acercarse a LISTÍN Diario a contar su situación ha sido su última esperanza de una ayuda digna para su hijo.