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sábado, 3 de febrero de 2024

El arrastre que no muere

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Por Héctor Marte Pérez

Lo que se conoce como arrastre en el ámbito electoral ha sido un elemento que ha estado presente en los procesos realizados en República Dominicana. El esquema en el que se vota por un candidato a un cargo electivo y ese sufragio favorece simultáneamente a otro candidato de su partido a otra posición ha permanecido en el sistema electoral, incluso luego de que se instituyera el voto preferencial. Esto así porque aunque la modalidad del voto preferencial da la opción al elector de votar por un diputado determinado, ese mismo voto arrastra al candidato a senador, y la misma relación se estableció entre regidores y alcaldes cuando el preferencial se extendió al nivel municipal. Pero resulta que, finalmente, y en lo que se considera un paso de avance, el arrastre quedará eliminado en el próximo proceso debido a que se hará lo que hace tiempo debió hacerse. Habrá boletas separadas, una para cada nivel de elección. Aunque a este tipo de arrastre, el formal, ya sale del escenario, hay un arrastre que no muere, y es el que se ve entre los presidenciables y los candidatos a las alcaldías en la actual campaña.

Candidatos presidenciales

Cuando Abel Martínez, candidato presidencial del PLD, recorre Santiago junto a Víctor Fadul, candidato a alcalde de su partido, está tratando de beneficiar con un efecto de arrastre a su compañero. Abel ha obtenido notas sobresalientes como alcalde del municipio, algo que hasta sus adversarios reconocen, por lo que su sola compañía puede beneficiar a Fadul, quien busca reemplazarlo. Mirando el fenómeno, pero desde otro punto de vista, a cualquier candidato a alcalde de la Fuerza del Pueblo le conviene recibir el respaldo decidido de un tres veces presidente, como es el líder de ese partido, Leonel Fernández . Y en ese mismo orden, Luis Abinader, presidente en ejercicio con alta aprobación, anda con los candidatos a alcaldes de su partido, el PRM en un esfuerzo que busca ampliar ventajas, romper empates y, en otros casos, convertir en victoriosos a candidatos que no son punteros.