Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la sexualidad humana se define como: “Un aspecto central del ser humano, presente a lo largo de su vida.
Abarca al sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual. Se vivencia y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones interpersonales”. Es importante resalta que el sexo en este aspecto hace referencia a los sexos biológicos, como lo son los genitales.
El concepto de sexualidad influyen distintos factores de los humanos, estos pueden ser tanto biológicos, como psicológicos y sociales (tanto como te relacionas con los demás, y cómo te relacionas contigo mismo). Esta es parte integral de la personalidad de las personas.
La sexualidad tiene distintas funciones, como es la función reproductiva y la función de comunicación, esta última hace referencia a cómo expresamos nuestra personalidad, como hablamos, como nos vestimos, como expresamos nuestros intereses, deseos, valores y sentimientos. Esta forma parte de lo que somos, desde que nacemos hasta que morimos. Igualmente, esta relacionada con el desarrollo de una vida plena y gratificante, englobando lo que cada persona entiende como placer, pudiendo ser el placer de comer algo, de socializar, adquisición de bienes materiales, hasta vestimenta, no es únicamente el placer erótico.
Por otra parte, la sexualidad también engloba los procesos fisiológicos por los cuales las personas pasan a lo largo de su vida. Asimismo, se encuentra relacionada con la afectividad, con la capacidad de amar y cómo nos relacionamos con los demás.
La sexualidad se determina por la composición genética, la educación, religión, cultura, contexto socioeconómico y las experiencias sociales.
En fin, la sexualidad es más que solo la parte erótica, es parte de lo que somos como personas.