Los partidos, movimientos y agrupaciones políticas constituyen instituciones sociales fundamentales en la dinámica de la sociedad democrática. De ello depende la formación y capacitación de los cuadros y lideres político. Bien, con reglas claras y principios éticos definidos capaz de promover y ejercitar la transparencia en el ejercicio político.
Son instituciones sociales con relevancia pública y personería jurídica, ejerciendo rol entre los entes del Estado y las voluntades ciudadanas promueven la participación de los ciudadanos en la actividad política y la democracia.
El rol de los partidos políticos en la dinámica de la sociedad es fundamental, por lo tanto, son considerados fundamentales e indispensables en sistema democrático y en el fortalecimiento del Estado. Son la matriz donde surgen los gestores de los poderes del Estado y sus instituciones.
Bajo la forma de estos conceptos, se fundó la sociedad patriótica La Trinitaria, organización política que fue capaz de lograr liberal los dominicanos de la ocupación haitiana y por ende la independencia nacional e inicial la configuración del Estado dominicano.
Hoy día, con más organización estatal, el rol de la clase gobernante (políticos y empresarios), es continuar moviéndose en dirección al camino que conduce al fortalecimiento del Estado y sus instituciones.
Sin embargo, su accionar en la sociedad dista mucho de ser así, por tal razón la democracia de América en República Dominicana va en decadencia y, si se quiere en caída libre.
A saber, en el Congreso Nacional, principal poder del Estado, suceden hechos insólitos, extravagantes, entre otras incongruencias no propia del Estado que se fortalece.
En 2015, congresistas dominicanos de diferentes parcelas políticas consensuaron reforma constitucional con el único objeto de restablecer la reelección presidencial consecutiva, en virtud de la cual el presidente de turno optó por segundo mandato.
Algo parecido sucedió en las recién celebradas elecciones municipales del 18 de febrero, en las que el escenario y los actores, esta vez, fueron diferentes y en el que también el intercambio tuvo mediado por coloridas boletas y papeletas que, automáticamente se convierten en cuerpo de delito electoral.
En ambos casos no hubo consecuencias.
En ese orden, es bueno destacar que las elecciones son piedra angular del sistema democrático y constituyen un derecho inalienable de los pueblos. Establecen el medio eficaz mediante el cual los pueblos evalúan el desempeño y el aspecto conductual moral de sus servidores.
En efecto, es la herramienta por medio de la cual el pueblo soberano decide quienes de servidores públicos se quedan o se van. Es decir, quienes lo hicieron bien y quienes lo hicieron mal
Entonces todos, no quieren aceptar ser removidos por incompetentes, en ni siquiera dar inicio a la resolución de los problemas sociales básicos de un Estado tercermundista.
Sin embargo, son ávidos y prestos en alterar el orden constitucional y las leyes creadas por ellos mismos infiriendo daño a las instituciones y al Estado como sucedió en la reforma constitucional del 2015 y en las elecciones del 18 de febrero de 2024.