El río Nilo es uno de los ríos más largos del mundo, con una longitud aproximada de 6,650 kilómetros. Fluye en dirección norte a través del noreste de África, pasando por varios países antes de desembocar en el mar Mediterráneo. Los principales países que atraviesa son Uganda, Sudán del Sur, Sudán y Egipto.
El Nilo tiene dos principales afluentes: el Nilo Blanco y el Nilo Azul. El Nilo Blanco, considerado la fuente principal y más larga, nace en el lago Victoria, que se encuentra en Uganda. El Nilo Azul, que aporta la mayor parte del agua y sedimentos del Nilo, nace en el lago Tana en las tierras altas de Etiopía. Ambos afluentes se unen cerca de Jartum, la capital de Sudán.
El río Nilo ha sido vital para las civilizaciones a lo largo de su curso, especialmente en Egipto, donde ha proporcionado agua, alimentos y transporte durante miles de años. El valle del Nilo y su delta son áreas fértiles que han permitido el desarrollo de la agricultura y han sido el hogar de algunas de las civilizaciones más antiguas y avanzadas del mundo, como la civilización egipcia.
Hoy en día, el Nilo sigue siendo crucial para los países que atraviesa, proporcionando agua para consumo humano, agricultura y generación de energía hidroeléctrica. Sin embargo, también enfrenta desafíos significativos, como la contaminación, la gestión del agua y las tensiones entre los países ribereños sobre el uso y distribución de sus recursos hídricos.
