En estos días estuve reunido con un par de grandes amigos y conversamos sobre varios temas, pero tuvo mucha relevancia cuando tocamos el punto de la lealtad, la cual entendemos que en estos momentos anda un poco de vacaciones; una condición tan especial pero que en la actualidad muy poco la practican en nuestra sociedad.
Me parece una palabra que abarca mucho y no se encuentra al alcance de la mayoría, está consciente en no darle la espalda a aquellos que reconocen como importante en la vida, aún cuando esté frente a cualquier dificultad que se presente, la lealtad se basa en demostrar honor y gratitud por todas aquellas personas que nos une un vínculo de amistad y respeto.
La lealtad depende también del comportamiento del liderazgo, es un compromiso de nobleza, rectitud, honradez, honestidad y sobre todo de desprendimiento; son estos valores éticos que nos permiten desarrollar fuertes relaciones sociales, las mismas crean un vínculo de confianza tan duro como el acero.
Algo muy importante que debemos siempre tomar en cuenta, es que la lealtad no se puede imponer nunca por la fuerza, por el miedo, por la inseguridad o por la intimidación, pués esta es una elección que solo los espíritus fuertes tienen el coraje de elegir, en fin la lealtad no se vende ni se compra, está no tiene precio, sin embargo se calcula su valor al pasar el tiempo; ser leal es básicamente cumplir con lo que hemos prometido, incluso cuando las circunstancias sean adversas.
Contar con esta condición sin ecuanon es tener una virtud que nos consagra a ser responsables antes los compromisos contraídos.
La lealtad cuánta falta nos hace.
El autor es: Ex presidente de la Sala Capitular de Barahona.
