Tomado de enlacemedia.com.do
Los gobiernos exitosos se caracterizan por tener buenos funcionarios, pero dentro de ellos existen algunos que logran posicionarse un eslabón más alto, ósea, los llamados 1A.
«Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa». Mahatma Gandhi
Un buen funcionario es fundamental para el funcionamiento eficaz de cualquier administración pública. Hablemos de Edgar Augusto Feliz Méndez y sus características como servidor público.
Profesionalismo: un buen funcionario debe tener un profundo conocimiento de sus responsabilidades y una ética de trabajo sólida. Su formación y habilidades deben estar alineadas con los requisitos de su puesto.
Responsabilidad y compromiso: cumple con sus tareas de manera eficiente y a tiempo, mostrando una actitud comprometida hacia sus deberes y la misión de la institución.
Transparencia y honestidad: la integridad es crucial para todo servidor público, y en estos cuatro años la honestidad y la transparencia son el baluarte, evitando cualquier forma de corrupción o favoritismo en los Comedores Económicos.
Orientación al servicio: el enfoque principal debe ser siempre el servicio al público. Un buen funcionario escucha y responde a las necesidades de los ciudadanos, ofreciendo soluciones adecuadas y empatizando con sus problemas; una de sus principales características.
Capacidad de resolución de problemas: fue capaz de identificar problemas y encontrar soluciones efectivas y eficientes, adaptándose a las circunstancias cambiantes y gestionando los recursos de manera óptima.
Comunicación eficaz: su habilidad para comunicarse clara y efectivamente fue esencial, tanto con colegas como con los ciudadanos. Esto incluye la capacidad de explicar políticas y procedimientos de manera comprensible.
Adaptabilidad y aprendizaje continuo: la mejora continua ha llevado a esa institución que dirige a posicionarse en los niveles más alto de su historia.
Culmino diciéndoles, que un buen funcionario combina competencia profesional, integridad, orientación al servicio, habilidades de comunicación y resolución de problemas. Su papel es crucial para garantizar que la administración pública funcione de manera eficiente y satisfaga las necesidades de la sociedad.
