En el programa Acción de la Tarde que se difunde por Palma FM, en el segmento "Verano Fresco", se recreó el tema del compadrazgo y su impacto en la sociedad dominicana.
En el programa se recordó que el pasado senador José María Sosa presentó un proyecto de Ley buscando que se declarara el 13 de noviembre como día del compadre, en honor al general Miches, quien tuvo miles de ahijados en el país y a cuyas hazañas en las guerras de la Independencia se debió que se "bautizara" un pueblo de República Dominicana con su nombre.
Los compadres, comadres y ahijados forman parte de la familia espiritual y afectiva que se crea entre amigos en el país.
El compadrazgo recuerda a los indígenas bautizados por el cristianismo en América, donde se le colocaba como "padrino" a un europeo para que le diera seguimiento y acompañamiento en la doctrina católica.
En el espacio hicieron aportes dos profesionales destacados del Sur, Región del país donde todavía se mantiene la tradición de "apadrinar" hijos de amigos.
El Lic. David Matos Ferreras, abogado, político y sindicalista y el Lic. Ángel María Otaño, maestro, abogado y agrimensor, abordaron la importancia social de los compadres y comadres en la sociedad dominicana.
Para Angel Otaño el compadre de bautizo y de sabana es el más relevante en San Juan de la Maguana y se hace en pares, igual número de compadres que de comadres. Para él esa institución comunica la idea de colaboración en la paternidad y la maternidad responsable, tomando en cuenta que el prefijo "co" indica colaboración, participación conjunta, como ocurre cuando se es copropietario o garante de una deuda.
David Matos entiende que el compadrazgo tiene impacto político y social, aunque reconoce que ha venido perdiendo vigencia en la sociedad dominicana.
En el programa surgió la impresión de que los compadres y comadres ayudan a prevenir la violencia social, porque los vínculos del compadrazgo son de respeto mutuo y se extienden a los ahijados, aunque para David Matos, en ocasiones surge algún compadre "que se pasa de la la línea", y hasta "empreña" a la comadre.
Las nuevas generaciones han venido abandonando esta tradición que durante siglos creó lazos de solidaridad entre los dominicanos.
