Es verdad que lo único seguro que tenemos los seres vivos es la muerte.
Aún así la noticia de la muerte de Frank la puse en duda, porque hace menos de dos semanas que lo ví, muy alegre, recibiendo un reconocimiento de los barahoneros que integran el Club María Montez en Nueva York.
Hoy el barrio, mí barrio, Savica está de duelo.
Nunca olvido que antes de inaugurar el sector Savica, ya Don Jesús Árias tenía instalado su colmado.
Estoy hablando de finales de la década de los años 50.
Yo me atrevo a decir que si el Colmado Árias no es el más viejo de Barahona está dentro del ese selecto grupo.
Con todo esto quiero destacar la calidad de personas que son los Arias. Su vocación por el trabajo honrado.
Todos los saviqueros de mí generación deben recordar las grandes tertulias que se formaban en la esquina de Don Jesus Árias.
Frank Arias y su hermano Héctor eran dos maestros en todas las disciplinas deportivas.
Con la muerte de Frank Arias, Savica, mí barrio, pierde a uno de sus hombres más valiosos.
Dios debe tenerle asegurado un buen lugar a Frank para su descanso eterno.
