Veníamos advirtiendo de un retroceso progresivo para la provincia de Barahona, en los últimos cuatro años, en la gestión del presidente Luis Abinader, en comparación con los gobiernos de hasta el 2020.
Recuerdo que, en un encuentro fortuito, en medio de un grupo de dirigentes y simpatizantes del Partido Revolucionario Moderno (PRM), manifiesto, para ser conservador y no me sacaran, que Barahona había tenido un retroceso de entre un 20 y 30%, lo que ripostaron en coro y expresaron que yo estaba corto, porque el deterioro y falta de lucidez de su gobierno, estaba entre un 40 a un 60%.
En esa ocasión solo hablábamos de Barahona, porque hoy, el retroceso que percibíamos en la Perla del Sur, se ha extendido a las diez provincias de la región, el gran Santo Domingo y República Dominicana completa.
Señores es preocupante que cada noche, Barahona se prenda por las cuatro esquinas, y hasta los sectores de clase media alta, se incendian neumáticos, en reclamo del cese de los apagones.
Junto a los encendidos de neumáticos por los tediosos y prolongados apagones han resurgido las bombas lacrimógenas y los tiros, lanzados por los agentes policiales que van a los sectores, que, aunque son hechos al aire, no dejan de ser un peligro y una preocupación, ya que no llevan dirección, pero peor, aún, en medio de la oscuridad.
Entonces si usted suma calor, falta del servicio energético, bombas lacrimógenas, tiros al aire a las diez de la noche, tendría como resultado un infierno en la tierra, difícil de superar.
Pero esa acción no solo sucede en Barahona, porque las huelgas y manifestaciones de descontentos por el servicio energético está en los cuatro puntos cardinales, lo que significa que la percepción de deterioro que observábamos en la provincia sureña, sucedía en la geografía nacional.
Las huelgas, encendidos de neumáticos y otros reclamos, eran cosas del pasado, pero el pasado bien atrás, lo que ha vuelto como en sus mejores tiempos.
Y es que no es solo los apagones, es el agua, es arreglo de las calles, es la falta de comida, es el deterioro de los servicios de salud, educación y la galopante inmigración haitiana, visto por toda la población, excepto por el Gobierno.
El gobierno del segundo período de Luis Abinader tiene menos de un mes, sin embargo, se observa tan viejo, como si estuviera terminando, no comenzando.
Y lo peor de todo esto, es que hay cosas negativas que no se ven, superior a lo que la ciudadanía pueda observar, porque el plan en contra de los dominicanos y a favor de los haitianos, enarbolado por el propio Gobierno, por el propio presidente Abinader, si llegara a descubrirse en su totalidad de manera oficial, República Dominicana podría convertirse en la próxima Venezuela.
Nos están vendiendo, están propiciando la unión de República Dominicana y Haití, desde el Gobierno, con sectores exteriores muy poderosos, y la gente continúa tan campante como Juancito el caminador. Despertemos hoy, repudiemos las acciones anexionistas del Gobierno hoy, porque si nos quedamos dormidos, mañana sería muy tarde.