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jueves, 23 de enero de 2025

Opinión: Con Donald Trump vamos de retorno a la Era de Piedra

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Por Santo Salvador Cuevas 

En 2018, a propósito de su primer mandato, el presidente Donald Trump invocó el retorno de la «Doctrina Monroe», evidenciando con ello el deseo colonialista de «América para los Americanos».

Doctrina que surgió por primera vez en 1823 cuando el presidente de Estados Unidos de América describió ante Congreso de la Unión su deseo de que «ninguna potencia Europea (Francia, España, Holanda, etc) pudiera colonizar a ninguna de las Naciones que en este continente habían logrado su Independencia.

Tan elocuente y envolvente fue la visión expuesta por el presidente James Monroe, que generó el apoyo del mismo Libertador Simón Bolívar y de líderes de México, Perú, Argentina y otros.

Igual que esa jugada de Monroe no se hizo esperar la postura hipócrita y engañosa de los Monarcas de Inglaterra, quienes se adhirieron y expresaron su apoyo a la «Doctrina Monroe».

Por supuesto, a esta máscara «americanista» de James Monroe y los ingleses se les «tambaleo el telón y su encanto» desde el momento en que para 1833 los ingleses ocuparon en Argentina las islas Malvinas, sin que los gringos reaccionan contra la Monarquía Inglesa que, además de Las Malvinas, ocuparon Jamaica, se apoderaron de San Juan de Nicaragua, y, a sangre y fuego, los británicos ocuparon Barbado, esclavizaron sus habitantes e hicieron de su territorio una cuna inmensa productora de caña de azúcar.

Ante la ocupación en América de los ingleses, Estados Unidos, no sólo no hizo resistencia, sino que fueron sus cómplices.

Esto evidenció que la «Doctrina Monroe» no era mas que majo de palabras bien coordinadas cuyo norte central se dirigía a una política internacional de ocupaciones y saqueos en las naciones de este Continente, tal se vio a la largo de toda la historia con la cadena interminable de ocupaciones militares en los países independientes de este Continente.

México fue ocupada, bombardeada y agredida en reiteradas ocasiones por los Marines Gringos, y los Norteamericanos en estas guerras de ocupación y saqueo, le robaron a México màs del 55% de su territorio.

Ocuparon a inicio de siglo XX a Haití y Santo Domingo, estableciendo en ambos países gobiernos títeres y traidores a la patria.

En 1927, invadieron Nicaragua, y bañaron en sangre su territorio.

En 1954, derrocaron el Gobierno popular de Jacobo Árbenz, en Guatemala, estableciendo un gobierno pro imperialista.

El 25 de septiembre de 1963, derrocaron al gobierno democrático de Juan Bosch en Santo Domingo, y el 28 de abril de 1965, los Marines ocuparon Santo Domingo con 42 mil Marines.

En 1973 derrocan y fusilan en el Palacio de la Moneda en Chile, al presidente Salvador Allende, y los soldados carabineros del asesino traidor Augusto Pinochet, torturan y asesinan a más de 10 mil chilenos, incluido el cantante Victor Jara.

Es decir, para los gringos, americanos solo son ellos, y cuando hablan de «América para los Americanos» se refieren a este Continente para los gringos como su propiedad.

Es decir, es como si Estados Unidos haya sido bendecido con todos los poderes del Creador para ellos ser los amos del mundo del Continente y del mundo.

Entonces, lejos de imitar al presidente Jimmy Carter quien creía en el diálogo, el señor Donald Trump, en una política delirante, contraria a la regla de la diplomacia mundial y la democracia, está invocando la «Doctrina del Garrote o Monroe» y el saqueo.

Donald Trump, al pretender ocupar por la fuerza territorios de países soberanos, no hace más que blandir las armas para iniciar una carnicería humana en cada pueblo agredido.

El señor Trump, con los aplausos de decenas de Guacanagarix a lo largo del Continente, se prepara para anexarse Canadá, el Golfo de México con todo y su petroleo, el Canal de los Panameños, la isla de Groenlandia, Cuba, Nicaragua, Venezuela, para solo citar las Naciones señaladas por el presidente Trump como blancos de ataques.

Lo que se ve venir es un panorama sombrío, cargado de muchos escombros; y la resistencia de los pueblos agredidos.

Es el reflejo de un imperio en decadencia, el que pretende resurgir, no ganando la guerra tecnológica y comercial a sus competencias globales, sino haciendo uso de la fuerza y la prepotencia contra «Países chiquitos».

Me pregunto:

Qué va a pasar con los panameños, cuando se resistan a la agresión de su canal.

Qué va a pasar con México, cuando lleguen los inmigrantes deportados y éste país le devuelva en masa a todos los norteamericanos que residan en el país Azteca.

Qué va a pasar con el pueblo de México, cuando los gringos pretenden apoderarse de su petróleo porque a Trump se le metió en la cabeza que ese Golfo es de «América».

Qué va a pasar con la República de Honduras, al retornar los inmigrantes desde los EE.UU y la presidente Xiomara Castro exija la salida de la base militar gringa de su territorio.

Me parece que con Donald Trump el mundo retorna a la era de piedra.