Monseñor Tomás Alejo Concepción indicó que los apagones constituyen una crisis que no beneficia ni a la clase empresarial ni a los ciudadanos comunes, y que incluso afecta al mismo Gobierno, que heredó un sector energético que funcionaba de manera eficiente, con un servicio eléctrico disponible las 24 horas.
El obispo, cuya diócesis abarca las provincias de Azua, San Juan y Elías Piña, calificó de injusticia y estafa a los ciudadanos dominicanos el hecho de que se les prive del servicio eléctrico entre tres, cuatro e incluso cinco horas diarias, mientras se les cobra como si el servicio fuera normal.
En su denuncia, el prelado subrayó que el desarrollo del país y el crecimiento de las grandes industrias nacionales dependen en gran medida de un suministro eléctrico estable, por lo que instó a las autoridades a resolver este impase y a aplicar tarifas justas para los sectores pobres como para los más ricos.
El obispo lamentó que un servicio que en gestiones anteriores estaba normalizado y operando correctamente, haya retrocedido de tal manera. En las últimas semanas las quejas de ciudadanos han sido frecuentes por apagones.
