Para El Faro del Sur.
Durante ocupábamos la función de encargado de la Unidad Regional de Planificación y Economía (Urpe), en la secretaria de Agricultura hoy Ministerio. Junto a un grupo de técnicos elaboramos un estudio sobre la producción cafetalera de la zona. Para tales fines se eligió la zona del municipio de Polo, de Barahona.
Los principales indicadores a tomar en cuenta, además, de la producción. se introdujeron algunas variedades de café a pleno sol, o con mínima sombra, principalmente la caturra. para esta década de los años 1970, un gran número de productoras del cultivo del café tenían sus fincas y un gran número también vivían en Polo.
Recordamos las familias de los Coco, Alba, Peña, Cury, entre otros. otra particularidad a tomar en consideración era la escasa presencia de mano de obra haitiana, como consecuencia de estas condiciones se concluyó en que si a los caficultores siguiendo el ejemplo de Polo, donde se construyeran centros poblados, con los servicios esenciales se lograría la permanencia de los productores en cada zona y finca.
Tomando en cuenta estos estudios la administración del estado adquirió grandes fincas ya establecidas en diferentes zonas de la región Enriquillo. Se implementó un plan masivo de rehabilitación de cafetales, en lugares como Santa Elena, Guayuyal, Las Filipinas.
Surgieron centros donde se construyeron edificios de apartamentos, en algunos casos y en otras viviendas individuales. con todos los servicios. estos proyectos pasaron a ser asentamientos del Instituto Agrario Dominicano (IAD). En estos proyectos se asentaron productores con áreas sembradas de café de 50 tareas, es oportuno decir que quizás es pequeña el área de cultivo para un productor. también debemos señalar, que existieron fallas en la selección de los beneficiarios.
Con el tiempo algunos productores comenzaron a vender primero las viviendas y hasta las parcelas, personas y funcionarios de otro nivel económico residentes en la ciudad de Barahona, compraban parcelas y casas para remodelarlas y hacer villas de veraneo.
Esta triste realidad traigo otra peor situación, los nuevos dueños alojaban a nacionales haitianos en algunos casos para cuidar sus propiedades. El proyecto de Filipinas recuerdo que se construyeron 56 viviendas individuales. Sí hiciéramos hoy un inventario de sus ocupantes la gran mayoría son haitianos que las ocupan. Pero no es solo en Las Filipinas, es en todos los proyectos cafetaleros, de la provincia de Barahona.
Debemos reflexionar, nosotros los dominicanos, en algunas ocasiones hemos contribuido con este asentamiento de extranjeros ilegales en nuestro país. Es una triste realidad.
El autor es: Productor y asesor agrícola.