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miércoles, 23 de abril de 2025

Mi pareja: ¿mi aliado o mi enemigo?

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Por Elizabeth Mora

Cuando pensamos en una relación de pareja, solemos imaginar un refugio, un lugar de apoyo y amor incondicional. Sin embargo, la convivencia y los retos de la vida diaria a veces sacan a la luz dinámicas que nos hacen preguntarnos: ¿es mi pareja realmente mi aliado o, sin darnos cuenta, hemos caído en un patrón donde parece ser mi enemigo?

La pareja como aliado

Una pareja aliada es aquella que camina contigo, no delante ni detrás, sino al lado. Es quien celebra tus logros como propios, quien te apoya en tus momentos de duda, quien construye en lugar de destruir. En una relación saludable, ambos se sienten en un equipo, capaces de enfrentar juntos los desafíos, con comunicación abierta, respeto por las diferencias y un profundo deseo de crecimiento mutuo.

La complicidad, la empatía y la admiración son pilares esenciales en este tipo de vínculo. Una pareja aliada te impulsa a ser mejor, no desde la exigencia, sino desde la inspiración.

Cuando la pareja se siente como un enemigo

A veces, sin siquiera darnos cuenta, podemos entrar en una dinámica de competencia, resentimiento o desconfianza. Las críticas constantes, el sarcasmo, la falta de apoyo emocional o la necesidad de tener siempre la razón pueden desgastar el vínculo, al punto de transformar a quien amamos en alguien que percibimos como una amenaza para nuestra paz y autoestima.

Cuando las discusiones superan a los momentos de conexión, cuando sentimos que tenemos que protegernos más que abrirnos, es natural que surja la pregunta: ¿por qué mi pareja parece más un oponente que un compañero?

Causas comunes de esta desconexión

Falta de comunicación efectiva: No expresar lo que sentimos o necesitamos puede generar malentendidos y resentimientos.

Expectativas irreales: Esperar que el otro llene vacíos personales o adivine nuestras necesidades suele conducir a la frustración.

Heridas emocionales no resueltas: Muchas veces reaccionamos no solo a lo que sucede en el presente, sino también a heridas del pasado que aún nos duelen.

Dinámicas de poder: Cuando uno de los dos busca dominar o controlar al otro, se pierde la sensación de ser un equipo.

¿Cómo transformar la relación?

La buena noticia es que reconocer el problema ya es el primer paso para sanarlo. Aquí algunas acciones que pueden ayudar:

Trabajar en la comunicación asertiva, expresando sentimientos y necesidades sin culpas ni reproches.

Practicar la empatía, tratando de ver las cosas desde la perspectiva del otro.

Recordar qué los unió, reconectando con la admiración, el cariño y los sueños compartidos.

Buscar ayuda profesional si sienten que solos no logran reconstruir el vínculo de forma saludable.

Ninguna pareja es perfecta. Todos, en algún momento, podemos herir o ser heridos. Lo importante es preguntarnos sinceramente: ¿Queremos ser aliados o enemigos? ¿Construimos juntos o levantamos barreras? Al final, amar es una elección diaria que implica compromiso, respeto y una profunda voluntad de caminar en la misma dirección.

Porque en el amor verdadero, la pareja no debería ser quien te hiere, sino quien te ayuda a sanar.

La autora: Dra. Elizabeth Mora, MSc. 
Psicoterapeuta especialista en terapia sexual, familiar y de pareja.
Terapeuta cognitivo conductual niñas, niños y adolescentes.
Para citas contactar al teléfono vía Whatsapp: 849-530-0635.
Reside en Barahona.